Germina

Respiro, luego existo

El mindfulness, o atención plena, es una práctica que consiste en prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar, con interés, curiosidad y aceptación.

Esta forma de atención nos permite relacionarnos directamente con lo que está ocurriendo en nuestra vida aquí y ahora, brindándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con el estrés, el dolor, la enfermedad o los desafíos que enfrentamos.

Enfocar la atención en la respiración es una técnica fundamental en el mindfulness.

Al observar conscientemente cómo respiramos en este momento, nos damos cuenta de la cadencia, intensidad, profundidad y ritmo de nuestra respiración, lo que nos conecta con la conciencia de estar vivos. Esta práctica de respiración consciente ofrece numerosos beneficios para la salud, incluyendo la reducción del estrés y la ansiedad, la mejora de la concentración, el bienestar emocional y la disminución de síntomas depresivos.

Al practicar la atención plena en la respiración, desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y compasión, lo que nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno y a vivir de manera más plena en el presente.

La invitación es a elegir la práctica de la atención focalizada en la respiración para ser más autónomos y conscientes, permitiéndonos respirar en lugar de ser respirados.

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Práctica inicial de respiración consciente que no requiere experiencia previa y puede realizarse en cualquier momento y lugar.

 

Respiración Consciente (5 minutos)

1. Encuentra un lugar tranquilo

Siéntate en una silla con la espalda erguida, pero no tensa ni rigida, o en el suelo con las piernas cruzadas. Descansa las manos sobre los muslos. Si prefieres, puedes cerrar los ojos para evitar distracciones.

2. Conecta con tu postura

Nota cómo tu cuerpo se siente en este momento. Observa el contacto de tus pies con el suelo o de tu cuerpo con la silla. Siente el peso de tu cuerpo y permite que se suelte.

3. Dirige tu atención a la respiración

Lleva la atención a tu respiración natural, sin intentar cambiarla. Observa cómo el aire entra y sale por tu nariz. Nota el ritmo natural de tu respiración, cómo se expande tu abdomen o pecho al inhalar y cómo se hunde al exhalar.

4. Nota el ritmo de tu respiración 

Si lo deseas, podes contar las respiraciones para mantener el foco. Por ej:

• Inhala y conta “uno”, exhala y conta “uno”.

• Inhala y conta “dos”, exhala y conta “dos”.

Continúa hasta llegar al número cinco, y luego comienza de nuevo desde “uno”.

5. Nota las distracciones

Es normal que tu mente divague. Si notas que estás pensando en otra cosa (planes, preocupaciones, etc.), simplemente reconoce el pensamiento sin juzgarte y vuelve amablemente a tu respiración.

6. Cierra la práctica

Después de unos minutos, abre los ojos lentamente (si estaban cerrados) y toma un momento para notar cómo te sientes. Agradece el tiempo que te has regalado para esta práctica.

Sugerencia: Podes empezar con 3-5 minutos e ir aumentando gradualmente el tiempo según te sientas a gusto.

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